La salud mental vuelve al centro del debate en República Dominicana tras el trágico episodio ocurrido en el condominio Naco Dorado IV, donde un joven con diagnóstico psiquiátrico agredió con arma blanca a varias personas, provocando una muerte y varios heridos. Este hecho ha motivado un profundo análisis por parte de sectores vinculados a la fe y la ciencia, como el que propone Joselin Rivera, teóloga egresada de la Universidad Nacional Evangélica (UNEV), en un artículo recientemente publicado.
Rivera expone con claridad las fallas estructurales del sistema de salud mental: la falta de seguimiento clínico y comunitario, la escasez de profesionales especializados, un estigma social persistente y un presupuesto ínfimo que representa menos del 1% del total del Ministerio de Salud. Según datos citados en su análisis, más del 75% de las personas con trastornos mentales no reciben la atención adecuada.
En este contexto, la autora plantea una serie de propuestas que incluyen mayor inversión estatal, integración de la salud mental a la atención primaria, y la creación de redes de contención post-crisis. Pero va más allá: hace un llamado al compromiso colectivo para generar una cultura de cuidado emocional sostenido y con enfoque comunitario.
Uno de los ejes centrales del análisis de Rivera —y que ha comenzado a generar repercusión en ámbitos académicos y eclesiales— es la necesidad de un Congreso de Psicología Pastoral, impulsado desde la UNEV. La iniciativa propone ser un espacio de diálogo entre psicólogos cristianos y pastores, donde se compartan conocimientos, herramientas y experiencias para atender integralmente el bienestar espiritual y emocional de las personas.
“El sueño de un Congreso no debe quedar en palabras”, afirma Rivera. “Debe convertirse en una plataforma permanente que dote a nuestros líderes de recursos y formación, que combine la profundidad espiritual con el rigor académico, y que tenga impacto real en la salud emocional del pueblo dominicano”.
La propuesta también apunta a fortalecer la formación pastoral en las áreas de salud mental, generar material académico útil para las congregaciones y promover espacios terapéuticos dentro de las comunidades de fe. Se busca, además, que este congreso marque un punto de inflexión en la articulación entre la universidad, la iglesia y la sociedad.
En palabras de Rivera, “tenemos una riqueza acumulada, una gran experiencia pastoral y una calidad profesional que, si se articula bien, puede bendecir nuestra academia, fortalecer la iglesia y transformar nuestra nación”. Con el respaldo institucional de la UNEV y el liderazgo del rector Rafael Reyes Almonte, la propuesta ya empieza a generar expectativas en diversos sectores evangélicos del país.