Terry Bollea, mundialmente conocido como Hulk Hogan, falleció este jueves 24 de julio a los 71 años debido a un paro cardíaco, según informó el medio estadounidense TMZ Sports. La leyenda de la lucha libre murió en su casa de Clearwater, Florida, pese a los esfuerzos de los paramédicos por reanimarlo.
Hogan había atravesado problemas de salud recientes, incluida una cirugía de cuello que habría presentado complicaciones. Para cuando llegó al hospital, ya se había confirmado su fallecimiento.
Conocido por su fuerza, carisma y la inconfundible banda sonora “Real American”, Hogan fue el rostro más emblemático de la lucha libre profesional durante las décadas del '80 y '90. Protagonista de la era dorada de la entonces WWF (actual WWE), lideró la llamada “Hulkamania”, una oleada de fanatismo que marcó generaciones.
Más allá del cuadrilátero, incursionó en el cine, televisión y hasta en reality shows, pero también enfrentó escándalos mediáticos, entre ellos la filtración de un video íntimo y acusaciones de racismo, lo que llevó a la WWE a cortar lazos con él temporalmente en 2015.
No obstante, en sus últimos años, Hogan mostró una nueva faceta, más íntima y espiritual. En varias entrevistas compartió su fe en Jesucristo y habló de cómo esa relación le dio propósito y paz, incluso en medio de conflictos personales.
“Acepté a Cristo como mi Salvador a los 14 años... ahora que soy uno con Dios, el tema principal del evento es la rendición, el servicio y el amor”, escribió en abril en su cuenta de X (antes Twitter).
En diciembre de 2023, anunció públicamente que se había bautizado en la Iglesia Bautista Indian Rocks, acompañado por su esposa Sky Daily.
“La rendición total y dedicación a Jesús es el día más grande de mi vida. Sin preocupaciones, sin odio, sin juicio... solo amor”, publicó entonces.
Hogan también hizo una sorpresiva aparición en la Convención Nacional Republicana en 2024, donde brindó un enérgico apoyo al ex presidente Donald Trump, a quien calificó como un “verdadero héroe americano”.
Con luces y sombras, Hulk Hogan fue mucho más que una estrella del ring: un símbolo de una era, un personaje de extremos y, en su última etapa, un hombre que eligió contar su historia de fe.
“Jesús te ama, y nada cambia eso”, le dijo su esposa Meredith tras una derrota. Hoy, ese mensaje resuena con más fuerza que nunca en el adiós de una leyenda.
