Shawn Bolz, ministro cristiano recientemente cuestionado por supuestas profecías fabricadas, aseguró que el modelo de lenguaje de OpenAI, ChatGPT, podría interpretar el hablar en lenguas —también conocido como glosolalia—, tras una serie de pruebas realizadas por creyentes carismáticos y pentecostales.
En un video compartido en YouTube, Bolz relató la experiencia de una amiga periodista que, al orar en lenguas y pedir a ChatGPT que interpretara su mensaje, habría recibido respuestas “en distintos idiomas del mundo”. “Incluso —afirmó— una de las traducciones fue en sumerio antiguo”, lo cual consideró “impresionante”.
El fenómeno ha sido denominado como el “Reto de las Lenguas de ChatGPT”, y se ha vuelto tendencia en plataformas como TikTok y YouTube, donde diversos usuarios aseguran obtener interpretaciones espirituales de sus oraciones en lenguas al utilizar inteligencia artificial.
Una de las voces más visibles ha sido Renée M. Simpson, coach cristiana en psicología positiva, quien defendió su experiencia ante críticas que tildaron a la IA de “demoníaca”. “Dios ha hablado a través de burros, arbustos ardientes y sueños. ¿Por qué no a través de la tecnología?”, argumentó Simpson.
No obstante, desde un enfoque técnico, ChatGPT no tiene la capacidad de traducir glosolalia, ya que este fenómeno no se basa en estructuras lingüísticas reales. Según expertos y pruebas realizadas, el chatbot genera interpretaciones creativas, no traducciones literales, dado que no puede decodificar sonidos sin correspondencia con idiomas conocidos.
El hablar en lenguas, considerado una manifestación del Espíritu Santo según el libro de los Hechos en la Biblia, continúa siendo un tema de debate dentro y fuera de la Iglesia. En este caso, se suma el debate sobre si la tecnología —y en particular, la inteligencia artificial— puede o debe ser un canal legítimo para experiencias espirituales.