La 55ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada recientemente en Antigua y Barbuda, concluyó en medio de fuertes críticas por parte de sectores provida y defensores de las libertades fundamentales. A pesar de que se valoró positivamente la participación sostenida del secretario general durante los diálogos con la sociedad civil, el evento estuvo marcado por decisiones polémicas que, según observadores, reflejan una creciente intolerancia hacia posturas contrarias al consenso ideológico dominante.
Uno de los hechos más cuestionados fue la orden de retirar vallas publicitarias con mensajes provida que habían sido contratadas legalmente. Esta acción fue calificada por líderes cívicos como un atentado a la libertad de expresión y un abuso de autoridad, al intervenir extrajudicialmente en un acuerdo entre privados.
Además, el cierre de la Asamblea estuvo marcado por las elecciones de nuevos jueces para la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Se designó a Rosa María Payá, activista cubana conocida por su defensa de los derechos humanos y su postura crítica frente al aborto y la ideología de género, así como a Marion Bethel, representante de Bahamas, que promueve la despenalización total del aborto y el control estatal sobre políticas educativas y culturales.
La gran controversia surgió con la no elección del jurista colombiano Carlos Bernal, quien se postuló como candidato con un claro enfoque provida y en defensa de la libertad religiosa. Su exclusión fue interpretada por referentes como Aarón Lara, articulista de Evangélico Digital, como una forma de censura ideológica que desequilibra la composición de la CIDH. Actualmente, tres de sus integrantes defienden principios tradicionales, frente a cuatro alineados con una agenda progresista.
"Esta Asamblea deja un saldo negativo en temas clave como la vida, la familia y las libertades fundamentales", expresó Lara, quien también advirtió que habrá que estar atentos a los futuros cambios en las relaciones entre la OEA y la sociedad civil.
La próxima Asamblea General de la OEA tendrá lugar en 2026 en Panamá, donde se espera que estas tensiones vuelvan a ponerse en discusión en un escenario regional cada vez más polarizado.