La Confederación Dominicana de Unidad Evangélica (CODUE) expresó este jueves su profunda preocupación por el impacto de la crisis haitiana en territorio dominicano y exigió un compromiso más firme de parte de la comunidad internacional para atender la situación. “La solución a la crisis de Haití no ha estado, no está, ni estará en manos de República Dominicana”, afirmó Feliciano Lacen Custodio, presidente de CODUE.
Lacen Custodio destacó que las naciones desarrolladas, especialmente aquellas que han tenido injerencia histórica en Haití, deben asumir una participación activa. Propuso que el apoyo incluya inversiones en emprendimientos productivos, creación de empleo, provisión de servicios esenciales y medidas para combatir la inseguridad. Enfatizó también la necesidad de una acción coordinada junto a las autoridades haitianas y el liderazgo local para una salida sostenible.
El llamado de CODUE se suma a las reiteradas declaraciones del presidente Luis Abinader, quien ha subrayado que República Dominicana no puede ser la solución a una crisis que desborda sus capacidades. El gobierno dominicano ha solicitado en repetidas ocasiones la intervención de organismos como Naciones Unidas, Estados Unidos y CARICOM, solicitando apoyo logístico y el despliegue de una fuerza multinacional que estabilice el país vecino.
La situación en Haití se ha agravado en los últimos años, marcada por el colapso institucional, la violencia de bandas armadas, la falta de servicios básicos y la parálisis política. Frente a este panorama, CODUE busca alzar la voz desde el ámbito religioso, recordando el compromiso cristiano con la solidaridad, pero también señalando los límites de las capacidades nacionales.
Fundada en 1993, la Confederación Dominicana de Unidad Evangélica representa a una amplia red de iglesias evangélicas del país. Actúa como interlocutor ante el Estado y la sociedad, promoviendo la unidad del pueblo evangélico y desarrollando iniciativas sociales, educativas y espirituales en diversas comunidades del país.