La reciente puesta en escena del clásico musical Jesucristo Superestrella en el Hollywood Bowl (California), protagonizada por la actriz Cynthia Erivo en el rol de Jesús, ha generado una fuerte oleada de críticas entre líderes cristianos y figuras conservadoras en Estados Unidos, que acusan a la producción de promover una “blasfemia intencional”.
La interpretación de Erivo —actriz negra, activista LGBT+ y ganadora de premios Tony y Emmy— fue duramente cuestionada por su estética y simbolismo. En redes sociales, diversos líderes cristianos criticaron la imagen presentada en escena: Erivo aparece con la cabeza rapada, uñas largas y vestuario considerado provocador, lo que muchos asociaron con representaciones demoníacas.
Kristan Hawkins, presidenta de Students for Life of America, expresó en X: “Esto es una blasfemia intencionada de Hollywood. Si te vistes como un demonio y actúas como un demonio, no te sorprendas cuando la gente lo llame por su nombre”.
El actor Kevin Sorbo, conocido por su papel como Hércules, compartió un fragmento del show calificándolo directamente como “demoníaco”. A su vez, el comentarista radial Christopher Calvin Reid criticó la elección de “una actriz liberal y progresista” para encarnar a Jesús, afirmando que la producción distorsiona el mensaje cristiano y reduce a Cristo a “un simple apoyo del marxismo cultural”.
La periodista Lara Logan también apuntó contra la obra, calificándola como un intento desesperado y débil de atacar los valores cristianos: “Cuando se pasa por alto lo ofensivo, lo que se ve es realmente bastante patético”, opinó.
La obra se presentó entre el 1 y 3 de agosto, y también incluyó al cantante Adam Lambert —abiertamente gay— en el papel de Judas Iscariote. Lambert defendió la propuesta como un acto provocador y necesario: “Jesucristo Superestrella siempre ha sido una obra que desafía. ¿No deberían las enseñanzas de Jesús trascender el género?”, declaró a Billboard.
Cynthia Erivo, quien ya había interpretado a María Magdalena en una versión femenina del musical en 2020, ha declarado que su fe no está condicionada por “la estrechez de miras” de ciertos sectores cristianos, según una entrevista con Elle.
Desde su debut en Broadway en 1971, Jesucristo Superestrella ha sido motivo de debate teológico por su enfoque en la figura de Judas, la omisión de la resurrección y la representación poco convencional de Jesús. La reciente adaptación en Los Ángeles reaviva la discusión sobre los límites entre arte, fe y provocación cultural.