Un grupo de cristianos ex LGBT se reunió en Sacramento, California, para alzar la voz en favor de la libertad religiosa y de expresión. La actividad, denominada “Speak Out”, fue organizada por el movimiento CHANGED y el Consejo Familiar de California, con el objetivo de visibilizar las historias de personas que aseguran haber dejado atrás la identidad LGBT mediante su fe cristiana.
La organizadora, Elizabeth Woning, ex lesbiana y actual directora de CHANGED, explicó que el evento buscó “contrarrestar la creencia de que las personas no cambian”, denunciando la resistencia cultural y legal que enfrentan quienes toman esa decisión.
Testimonios personales
Iván Santos fue uno de los participantes. Relató que tras abandonar la fe cristiana en su juventud, abrazó el estilo de vida homosexual, lo cual lo llevó al abuso de sustancias, prostitución y profunda desesperación. “Creía que vivía mi verdad, pero terminé orando: ‘Dios, no sé cómo llegué a este punto’. Y Él me respondió: ‘Estoy listo para mostrarte lo buena que puede ser la vida si me sigues’”, compartió. Asegura que tras entregar su sexualidad a Dios, experimentó una transformación interna que lo llevó a una vida de “alegría y paz”.
Cecil Jackman también compartió su historia. Víctima de abuso desde niño y con una infancia marcada por el rechazo, intentó suicidarse en la adolescencia. Afirmó que por años creyó que Dios lo odiaba, hasta que comprendió que el amor divino lo aceptaba incluso con sus heridas. Hoy está casado, tiene tres hijos y afirma que “cuando supe que podía confiar en Dios, mi sanación se aceleró drásticamente”.
El trasfondo legal y cultural
CHANGED nació en 2018 en respuesta al proyecto de ley AB 2943 de California, que buscaba catalogar como “fraude al consumidor” cualquier esfuerzo por cambiar la orientación sexual. Aunque la propuesta fue retirada tras protestas, sus impulsores advierten que nuevas leyes similares podrían volver a intentarse, censurando el acompañamiento espiritual o terapéutico para quienes desean dejar atrás la atracción por el mismo sexo.
Woning advirtió que “no queremos ninguna ley futura que censure la libertad de expresión”, recordando que en países como Canadá brindar ayuda que no afirme la identidad LGBT puede implicar penas de prisión, y que la ONU considera la llamada “terapia de conversión” una forma de tortura.
Actualmente, 23 estados de EE.UU. prohíben esta práctica con menores. Sin embargo, CHANGED insiste en que no promueve terapias forzadas, sino el derecho de los adultos a buscar cambios coherentes con su fe.
El evento concluyó con un llamado a la tolerancia real: “Nuestro mensaje no es de odio, sino de esperanza y transformación para quienes lo deseen”.
