Se reunieron en Panamá durante el V Congreso Misionero de COMIBAM, donde celebraron avances históricos y proyectaron nuevos desafíos. América Latina ya cuenta con más de 34.000 misioneros en todo el mundo.

Unos 2.000 líderes evangélicos de 25 países se congregaron en Ciudad de Panamá del 22 al 25 de abril para participar del V Congreso Misionero de la Cooperación Misionera Iberoamericana (COMIBAM). Bajo el lema “La misma misión para una iglesia en movimiento”, el evento buscó renovar el compromiso de la iglesia iberoamericana con la evangelización global.

Durante el encuentro, el presidente de COMIBAM, Paulo Feniman, subrayó que “no hay testimonio sin poder”, recordando que la misión no depende de estructuras, sino de la presencia del Espíritu Santo. A lo largo de plenarias, talleres y paneles, pastores, misioneros y teólogos abordaron desafíos actuales, especialmente entre las nuevas generaciones y las iglesias locales.

Uno de los momentos más destacados fue la ponencia del pastor jordano Afeef Halasah, líder en Medio Oriente, quien llamó a abandonar el modelo institucional y a recuperar una identidad basada en el servicio: “Jesús no fue un CEO, fue un siervo”, enfatizó.

El director ejecutivo de COMIBAM, Cristian Castro, ofreció un balance histórico del movimiento. Celebró el crecimiento exponencial del envío misionero: “Pasamos de 1.350 misioneros en 1987 a más de 34.000 hoy, en más de 200 países”. De ese total, más de 19.000 sirven en Iberoamérica y más del 80% se compromete a largo plazo.

La inversión económica también es notable: las iglesias latinoamericanas destinan más de 250 millones de dólares anuales al sostenimiento de misioneros.

En la clausura, Castro animó a seguir movilizando la iglesia: “Oramos por 10.000 nuevos obreros y 20.000 iglesias en los próximos 10 años”. El congreso ratificó así el rol creciente de Iberoamérica como fuerza misionera en el escenario global.