Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim, trabajadores de la embajada de Israel y cristianos de fe mesiánica, fueron asesinados a tiros tras asistir a un evento judío. Planeaban comprometerse la próxima semana en Jerusalén.

Un ataque con tintes antisemitas conmocionó a la comunidad internacional este miércoles por la noche en Washington, D.C., donde fueron asesinados dos jóvenes empleados de la embajada de Israel: Yaron Lischinsky, de 28 años, y Sarah Lynn Milgrim, de 26. Ambos habían asistido a un evento del Comité Judío Estadounidense (AJC) en el Museo Judío, y fueron atacados a la salida del recinto.

El crimen ha sido calificado como “premeditado” por las autoridades, que ya identificaron al agresor como Elías Rodríguez, un ciudadano de 30 años residente en Chicago, quien al momento del arresto gritó “¡Palestina libre!”. Rodríguez fue reducido por el personal de seguridad dentro del museo y la policía confirmó que el arma utilizada fue recuperada. La investigación, que involucra al FBI, explora si el hecho podría constituir un crimen de odio con posibles vínculos terroristas.

Yaron y Sarah eran cristianos de fe mesiánica y formaban parte del equipo diplomático israelí en Estados Unidos. Él, nacido en Alemania, servía en el departamento político de la embajada y planeaba proponerle matrimonio a Sarah durante un viaje a Jerusalén. Ella, con una destacada formación académica internacional, trabajaba en el área de diplomacia pública y participaba activamente en iniciativas de diálogo interreligioso.

El asesinato ha generado una fuerte reacción en el ámbito diplomático. El embajador de Israel en Estados Unidos, Yechiel Leiter, expresó su profundo dolor, al igual que el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, quien atribuyó el crimen al “auge del antisemitismo y la propaganda antiisraelí” a nivel global. El presidente Isaac Herzog, así como el AJC y autoridades internacionales, también manifestaron su repudio y solidaridad con las familias.

La comunidad judía y cristiana mesiánica, junto con organizaciones como Tech2Peace y la Sociedad Germano-Israelí, recordaron a Lischinsky y Milgrim como personas comprometidas con la paz, el diálogo y la cooperación. El impacto de sus muertes, en un contexto de creciente tensión internacional, ha vuelto a poner en foco los riesgos de la incitación al odio y la urgente necesidad de medidas concretas contra el antisemitismo.